Se realiza una integración completa de todos los dispositivos de la instalación, de forma que toda la gestión se realice desde un único punto. Utilizando protocolos de comunicaciones estándar, se asegura la interoperabilidad del sistema y la independencia de la solución de fabricantes particulares, permitiendo de esta manera una reducción de costes. Desde el punto de vista del cliente, la instalación se convierte en plug-and-play, reduciendo en gran medida los problemas de puesta en marcha.